La madrugada del sábado al domingo
los relojes se adelantarán una hora en toda la Unión Europea para dar paso al
horario de verano, sin embargo, el objetivo de ahorro energético de esta
medida, con consecuencias sobre el ritmo vital de las personas, es cada vez más
cuestionado.
Según Rafael Montes, portavoz de la
Comisión de Energía de Ecologistas en Acción, aunque es «razonable aprovechar
cada hora de luz solar», adelantar el reloj «no implica necesariamente gastar
menos energía». En 2010, Ecologistas en Acción llevó a cabo un estudio en
España en el que analizaba el consumo medio diario de energía en los diez días
previos y posteriores a los cambios de hora durante tres años. El análisis, que
no consideraba las condiciones climáticas, puso de manifiesto que en cuatro de
los seis periodos estudiados aumentó el consumo de energía con el cambio de
hora entre un 2,2 y un 2,95 %, mientras que solo se redujo en dos, un 0,03 % en
una y un 2,1 % en otra.
La estimación del Instituto para la
Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) es, sin embargo, que el potencial
de ahorro en iluminación en España, por el cambio de hora, puede llegar a
representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300
millones de euros. De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al
potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por
hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en
los edificios del sector terciario y en la industria.
No obstante, fuentes del IDAE
explican que para alcanzar ese potencial de ahorro se deberá llevar a cabo un
comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la
iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de
tecnologías de ahorro por aprovechamiento de la luz natural en edificios del
sector terciario y en industrias. Entre estas tecnologías estarían, por
ejemplo, las fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación
artificial en función de la luz natural aportada a la zona a través de ventanas
o lucernarios.
Por su parte, el portavoz de
Energía de Greenpeace, José Luis García, recuerda que la aplicación del cambio
de hora de manera indefinida en la UE es «una medida de ahorro más en el
contexto de una estrategia europea de apoyo a la eficiencia energética». El
portavoz de Energía de Greenpeace recuerda que España, junto con Portugal, fue
uno de los dos países que votó en contra de la última directiva de eficiencia
energética, y en la actualidad «está en contra de que se fije un objetivo de
eficiencia obligatorio para 2030». Además, García critica que se hayan dejado
de apoyar económicamente las medidas de sustitución de electrodomésticos por
otros más eficientes; o que no se obligue a los diferentes sectores económicos
españoles «a consumir sólo la energía que necesitan de acuerdo a las
tecnologías existentes».
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