El consumo casi nulo es, en su opinión, posible: “en primer
lugar, y fundamental, con el aislamiento del edificio, con una envolvente que a
lo mejor no es necesario aplicar en todo el inmueble, sino que con una
termografía se puede comprobar en qué puntos se producen las mayores pérdidas
de energía para adoptar las medidas necesarias que produzcan un mayor ahorro”.
De este modo, añade, “la arquitectura en sí misma puede
facilitar un ahorro importante de energía, que también puede venir de la mano
de un simple sombreamiento adecuado de determinadas fachadas, dependiendo de su
orientación”. El objetivo es que “no se vaya el calor y que al mismo tiempo no
entre; el sol y la luz natural son buenos, pero siempre que sean tratados”.
A partir de esa base el siguiente paso es, según Pereda,
“incorporar energías renovables, mejorar la iluminación con LED y detectores de
presencia, así como mejoras también en climatización. Además resulta
fundamental la gestión domótica para que todo entre en funcionamiento cuando
realmente se necesita”.
La secretaria general del COAM es consciente de que “la
adaptación de estas medidas ha de compaginarse con la actividad del hotel,
llevándose a cabo en temporada baja y de manera parcial”. No en vano su
implantación puede llegar a reducir la factura energética hasta en un 70%,
además de mejorar la imagen del establecimiento.
La inversión, según apunta Pereda, “con las ayudas del IDAE
(Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y el plan PIMA SOL,
puede quedar amortizada en siete u ocho años e incluso en menos, dependiendo de
su cuantía”.
El sector hotelero, explica, “es consciente de ello y ya
aplica bastantes de estas medidas, porque además hay que tener en cuenta que en
su caso la misma persona o empresa que hace el desembolso es la que obtiene su
retorno”. Por segmentos, “en los establecimientos urbanos se perciben mejor los
resultados al mantener, en líneas generales, unos niveles de ocupación
constantes a lo largo del año; mientras que en los vacacionales resulta
imprescindible el control domótico para poder parcializar y sectorizar los
consumos”.
Madrid Renove Hoteles
Para contribuir a la aplicación de este tipo de medidas en
los establecimientos alojativos, el COAM ha lanzado el concurso Madrid Renove
Hoteles, tras el éxito logrado en su primera edición con una comunidad de
vecinos, con el fin de convertir a los dos hoteles que finalmente salgan
seleccionados en “los buques insignia de un sector renovado y eficiente”.
Además con grandes ventajas para ellos, ya que los patrocinios del programa
permitirán reducir hasta en un 50% el coste de su rehabilitación.
Al concurso, que se lanzó la semana pasada coincidiendo con
la Semana de la Arquitectura, se pueden presentar, como ha detallado Pereda,
“hoteles medianos de más de 50 habitaciones, con carácter representativo y cuyo
propietario o cadena muestren su ilusión por este proyecto”. El fallo será en
noviembre para un mes después lanzar el concurso de arquitectura, de manera que
las obras puedan comenzar el próximo mayo y finalizar para diciembre de 2015.